lunes, 18 de mayo de 2009

Fangoria: Tres décadas de crepitar

Trece años tenía cuando compré mi primer número de Fangoria (fue el logro de una alianza económica y de intereses afines, como en muchas otras ocasiones, con mi hermano mayor). Fue en 1988, el número era el 78, con fecha de portada de octubre, y con foto de portada hermosa de Pinhead, con una calidad irrepetible producto aún de la fotomecánica. La descarnada y macerada presencia del principal cenobita estaba fondeada por un azul que permitía ver una humarada desprendiendose de su cuello. Simplemente inolvidable. Aún eran los años de esplendor de esta revista.



Nuestro amor por los monstruos y creciente interés por el cine de géneros había sido trastocado absolutamente por la llegada de las videocaseteras. Es bajo esa atmósfera y contexto que nuestras pubertas mentes se shockearon al ver tal ejemplar entre la oferta de revistas en Sanborns, específicamente el de Villa Coapa (el de Acoxpa… Galerías Coapa todavía ni existía).

Entonces, la revista aún se componía casi de tres cuartas partes en blanco y negro y una en color, para las fotos más sugerentes y guacareantes propuestas por los diversos filmes. En aquel número nos enteramos de filmes como They Live (una pequeña joya de John Carpenter, que año con año gana más adeptos), The Blob (el remake de Chuck Russell), Hellbound (con entrevista a Clive Barker) y Dead Ringers, éste último, filme de David Cronenberg (hoy día, un cineasta más que parece se fatigó tras tantas propuestas de ruptura, convirtiéndose en otro maquilador hollywoodense) que cambiaría fuertemente nuestra percepción del cine uno o dos años después, cuando conseguimos una copia pirata en Tepito, y que incluso se convirtió en el master de material que anduvo rondando en el Tianguis Cultural del Chopo.

La realidad de una publicación que hablara sobre las obras que nos importaban, con entrevistas e información de primera mano, reforzada –por supuesto- por imágenes de la mejor calidad y sin miedo a ser explícitas era de no creerse: El Infierno ante nosotros se convertía en Cielo. Afortunadamente, el único problema que teníamos era económico, pues nuestros padres nunca censuraron nuestros intereses (fuera de la desaparición misteriosa de una copia de Pink Flamingos), y miren que conocí de cerca historias de censura bien oscurantistas, precisamente a razón de la compra de Fangoria y Gorezone (publicación hermana que hoy regresa en versión electrónica), y que me convirtieron en algo más que mala influencia, tal vez algo así como pervertidor ante los ojos de la acusadora madre de mi amigo.


El caso es que la lectura, y la sola experiencia de ver y hojear Fangoria, entonces, fue reveladora. No sólo sus entrevistas, artículos y reseñas me informaron; igualmente lo hicieron las ilustradas y sugerentes secciones de anuncios, donde la oferta era enorme, pero más grande aún eran las fantasías que esto despertaba. Desde el anuncio de compañías que se dedicaban a localizar u ofertar cualquier extraño filme (como la pionera Something Weird Video, o Video Search of Miami), hasta la venta de mascaras y props para Hallooween, o las primeras y muy anheladas figuras de Leatherface, Jason Voorhes y Freddy Krueger. Eso era el alucine en todo su esplendor, y era una antigua costumbre en el género, instaurada desde los años 60 en la pionera Famous Monsters of Filmland, fundada y editada por San Forrest J. Ackerman, patrono del fandom, revista en la que la vendimia de parafernalia parece que le dio sentido al entretenimiento.

Fangoria, efectivamente, era la heredera de FMoF. Su primer número apareció en mayo de 1979, con una imagen de Godzilla en portada y que en conjunto se han convertido en un clásico. Entonces había otras revistas como The Monsters Times, Cinefantastique (realmente bella durante un par de décadas) y la misma FMoF, pero el grafismo propuesto por Fangoria y la renovada pasión por el cine de horror que comunicaban los chorros de palabras, frases e ideas entre sus páginas, creó una nueva escena del cine de horror y varias generaciones de autores que le deben su carrera, sin exagerar, a esta publicación.

Sin duda, la lectura de Fangoria fue una de mis principales razones para inclinarme hacia el periodismo como forma de ver la vida; y aunque desafortunadamente no el talento, sí comparto la inspiración y agradecimiento que a esta publicación le deben autores como Quentin Tarantino, Greg Nicotero, Peter Jackson y Guillermo del Toro, por nombrar algunos, quienes en repetidas ocasiones han dicho que Fangoria es parte importante de su formación.



Con el paso de los años he podido adquirir algunos de los primeros números de esta revista, entre ellos el mismo número 1, y realmente son cápsulas de tiempo que provocan epifanías. Fangoria es la única de su generación que prevalece. Tanto Cinefantastique, como Psycotronic Magazine, Slaughterhouse y otras publicaciones, han ido quedándose en el camino y ante la indiferencia de los lectores.

Hace un par de años, la bodega en la que se guardaba todo el bagaje de números atrasados de Fangoria fue consumida por un incendio, y en en éste se fueron grandes posibilidades de adquirir estos números. Ahora, sólo a través de tiendas de cómics y revistas es posible conseguir algún número y, por supuesto, con probabilidades muy grandes de encontrarlos a precios no muy buenos.

En la actualidad, he de decir que la lectura de la actual Fangoria no me provoca el mismo placer que antaño. Hoy día, aquellas secciones de vendimia han tomado un papel preponderante en la industria siendo ahora tan importantes como las mismas películas. De esa forma las publicaciones han tenido que cambiar, y esfuerzos editoriales como HorrorHound y Rue Morgue parecen estar más a tono con el momento. Aún así, Fangoria llega con su número 284, de este mes de mayo, a su 30 Aniversario, y lo hace de forma por demás elocuente e impactante: Un collage obra de Clive Barker es la portada y entrada a una interesante entrevista con este artista, uno de los autores que la revista ha apoyado desde el inicio de su carrera. Además de entrevistas con Sam Raimi, George A. Romero y Wes Craven, las casi 100 páginas de la revista se complementan con más de 50 declaraciones de distintos personajes, involucrados con el cine o con la misma publicación, sobre su relación con ésta.

Tras 21 años de leer Fangoria me doy cuenta de que he envejecido más de lo que me he dado cuenta, pero ha sido una buena forma de hacerlo y la cual agradezco enormemente.


13 comentarios:

  1. ¡Ah caray! ¿Cuándo cambió el logo de portada de Fangoria? No estaba enterado (más bien, soy demasiado distraído). Me gusta más el original.

    A mí me encantaba hojearla (no me alcanzaba el domingo para comprarla) en el Sanborns, cada vez que la veía. Una maravilla de revista.

    Por cierto, la película que mencionas ¿es la de Roddy Piper o como se llame el luchador? ¿Es aquella del tipo con unos lentes oscuros que le permiten ver a los extraterrestres disfrazados de humanos?

    Si es esa, recuerdo que un tío me la recomendó y la conseguimos en un Videocentro (ya llovió) a unas cuadras de la casa. Chance y todavía la tienen (me dieron ganas de verla de nuevo). ¡No había oído ni leído a casi nadie que la recordara!

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  2. Efectivamente Jorge, yo también me quedo con el logo original que realmente me parece muy peculiar y disfrutable a los ojos, y no deja de verse bien a pesar de tener 30 años. Desafortunadamente lo han cambiado, y eso apenas hace 3 o cuatro números. Curiosamente, They Live está inspirada en una historia corta aparecida en Twisted Tales o Tales of Terror, si no mal recuerdo, antologías de cómic de horror publicadas por Eclipse Comics a mediados de los años 80. Tiene poco, por cierto, que la editaron en DVD región 1. Habrá que conseguirla. Saludos.

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  3. Ah, buena noticia, lo buscaré.

    Y que mal por el cambio en la tipografía de Fangoria. Se fueron por lo más obvio, el subrayar lo relativo al fang/colmillo en su logo. Ni modo :(

    Por cierto..¿Fangoria es revista hermana de Starlog verdad?

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  4. Podemos decir que era... pues Starlog es ya víctima de la crisis económica. Ha salido ya su último número.

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  5. Más que la revista y el género propiamente, la foto de la quemazón es de absoluto terror.

    Una pena.

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  6. Usted lleva casi un mes probando la paciencia de los lectores de este nuevo blog, don Mauricio.

    ¡Y le funciona! Porque sé que volveré a entrar una y otra vez, sabiendo que el próximo texto que lea estará rompemadres.

    *Duda: ¿Dónde carambas consigue uno "My name is Bruce"?. Temo que sea una cochinada, pero mi corazón me la pide a gritos (me compré la adaptación en cómic y no he querido abrirla)

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  7. Ja, ja, ja. Ojalá así fuera, Jorge; la verdad es que hace falta tiempo. Pero bueno, finalmente, los sucesos importantes deben de documentarse y opinarse, y es por eso que hay nuevo post. My name is Bruce llegó en su momento en pirata, pero ya no la he visto... tampoco creo que esté muy buena, pero si la consigo te aviso. Saludos.

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  8. En mi colección tengo esas tres portadas que ilustras... pero allá en Mexicalpan :(

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  9. Ojalá no las dejes ir nunca, Ernesto. Allá, en Inglaterra, creo que actualmente no hay revista especializada en este aspecto, ¿no? No sé si las conozcas, pero si no, en algún momento trata de checar Rue Morgue y HorrorHound, sobre todo ésta última, que nos hablan ya del hartazgo material como mensaje. Saludos.

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  10. Pues está la Gorezone británica nomás... checaré tus sugerencias, aunque comprar revistas ya no está contemplado en mi magro presupuesto :(

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  11. Ah, mira. Ésta Gorezone no la conocía, ahora mismo checo su página. Gracias.

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