Si no mal recuerdo, iba yo en la Prepa 5 cuando fueron transmitidos algunos capítulos de la serie Twin Peaks, por el Canal 4 de Televisa... esto tuvo que ser entonces por 1991 o 1992. Sobre la misma serie había leído ya mucho, había visto ya el capítulo piloto que misteriosamente publicó Videovisa (con el confuso desenlace filmado para el mercado europeo), y Lynch era ya uno de los directores cuya obra me encantaba. Por supuesto, sólo con mi hermano y un par de amigos pude compartir el entusiasmo de dicha transmisión, pues el desinterés colectivo quedó constatado cuando la transmisión de la serie fue cortada antes de que terminarán de pasar la primera temporada. Por aquella época (tal vez, incluso, un poco antes... no recuerdo exactamente) pude ver igualmente la Industrial Synphony No. 1, a través de una copia en VHS que me gané en un programa de radio en Stereo Joven, heroica estación que fue sepultada por proyectos comerciales como Órbita, y la ahora espantosísima Reactor. En fin, aquel momento fue de absoluto esplendor, y estos trabajos me marcaron y, sin duda, fueron igualmente obras que marcaron pauta en las llamadas high y low arts. En las últimas dos semanas se han escrito en diversos medios en inglés varias remembranzas por los 20 años de Twin Peaks, sin duda, el momento en el que se da la transformación total del moderno serial televisivo. Pero, de la mano de este esfuerzo de Lynch, igualmente se encuentra lo logrado por la Industrial Synphony No. 1 poco conocida, y aun menos discutida. Con el texto que aparece a continuación (que lo escribí para el suplementeo El Ángel, del diario Reforma, y que apareció en noviembre del 2009), pago tributo a ambos esfuerzos del maestro Lynch.
El 10 de noviembre de 1989 fue presentada la Industrial Synphony No.1 The Dream of the Brokenhearted, perfomance creado y realizada por David Lynch y Angelo Badalamenti para abrir el New Wave Music Festival, de la Brooklyn Academy of Music Center.
Esta colaboración entre cineasta y músico (que, en 1986, había producido ya la magnífica Blue Velvet) es obra del inconsciente onírico y de la realidad abrazante: con solo dos semanas para prepararla, Lynch y Badalamenti armaron un espectáculo en el que la intérprete Julee Cruise encantó y flotó entre andamios, cables, luces, explosiones y música para arrullar, enamorar y, también, crispar los nervios. Se trata del sueño de una enamorada que ha sido abandonada, una Laura Dern que recibe el último adiós de su amado, Nicholas Cage, aún vistiendo los trajes de su Saylor y Lula en la laureada en Cannes, Wild at Heart, por supuesto de Lynch. Aquel efímero (que tuvo dos funciones en el mismo día, y sería comercializado en VHS al año siguiente, aunque hasta hoy inédito en DVD) no sólo concretó un bello espectáculo de aparentes inconexiones audiovisuales, sino que se convirtió en referente iconoclasta de lo que vendría en el terreno de la imagen y sonido en la transición de siglos. Lynch, se instalaba así en la vanguardia artística, y creando patrones para las generaciones siguientes de creadores audiovisuales. Pero este artista, tal vez sin saberlo, tenía otro as bajo la manga: junto al mismo Badalamenti, y en coautoría con el guionista Mark Frost, concibió un proyecto que vino a trastocar la televisión y, con ello, el arte más popular del siglo XX: su serial Twin Peaks, marcó a una generación e inició una línea artística que hoy día mantiene al serial televisivo estadounidense como una de las narrativas más rentables. Y esta historia comenzó hace 20 años.
Yo maté a Laura Palmer
Al inicio de la última década del siglo XX, una historia paralizó a Estados Unidos y a una buena cantidad de países europeos que la seguían a través de la señal de cable o antena parabólica. Se trataba de la dramática historia de Laura Palmer y Twin Peaks, el pueblo en el que nació, creció y fue asesinada. Laura era un ángel, tan buena como los exquisitos pastelillos de cereza que se sirven en el restaurante típico de tal poblado, y tan bella como la cascada o los inmensos abetos Douglas que definen el lugar. La mañana del 24 de febrero de 1989, su cuerpo fue hallado envuelto en plástico navegando sobre un río; ese fue el suceso que trastocó la vida diaria del pueblo; ese fue el hecho que develó la otra cara de los pobladores, el lado oscuro de America.
Así comenzaba Twin Peaks, una serie televisiva creada por David Lynch y Mark Frost. Aunque esta obra respetaba el formato del serial y el medio televisivo, era una criatura muy distinta a todo lo que se había visto en la televisión hasta aquel momento. Esto fue antes de que existieran series como The Wire, House M. D., Lost, C. S. I., 24, e incluso The X-Files y The Sopranos; antes de que realizadores como William Friedkin, Quentin Tarantino, Bryan Singer, Stephen Hopkins, J. J. Abrams, entre otros, fueran seducidos por el canto de la TV.
Lynch, artista plástico de oficio, desde su debut cinematográfico con Eraserhead en 1977, impactó la escena con una propuesta visual y narrativa en la que la lógica de los sueños y el peso de los símbolos trazaban una galería de imágenes extraordinarias, y cuya historia se rige en base a estas. La importancia de esta obra provocó que el entonces novel cineasta fuera cazado por Hollywood, logrando en menor o mayor medida obras de autor dentro de tal engranaje (The Elephant Man, Dune y Blue Velvet). Fue hasta con Twin Peaks, sin embargo, que se dio un verdadero encontronazo entre este autor y el llamado mainstream.
Un agente común a Lynch y Frost fue quien les propuso crear un proyecto para televisión en 1986. Un simple crimen misterioso en un pueblo pequeño en el Noroeste de Estados Unidos fue el germen del proyecto, y después se pensó en desarrollarlo en los años 50. Aunque esto último no concretó, sí marcó el especial ambiente y look de la serie, que parece desarrollarse en un tiempo raro, contemporáneo aunque con tendencias de momentos pasados. Cuando Lynch le explicaba a Frost su concepto, un movimiento de manos describiendo el viento en el bosque como algo central a la historia le hizo saber que se trataba de algo especial.
Tras una huelga de guionistas y seis meses de haber presentado el proyecto por vez primera a ejecutivos de la ABC, Lynch y Frost fueron llamados de nueva cuenta para darles luz verde y comenzar el proyecto, así tras algunos meses de casting y preproducción, con la grabación del capítulo piloto en invierno de 1989.
El misterio presentado por Lynch y Frost arrancó, como se ha mencionado, con el descubrimiento del cadáver de Laura Plamer; pero éste en lugar de irse resolviendo se fue enrareciendo, conforme la historia penetraba más en sus personajes, en los motivos de estos, y mientras Lynch, una vez más, nos mostraba que el American Way of Life no es más que una patraña.
La historia de Twin Peaks, de un aislado drama en un pueblo pequeño y alejado se convirtió en el infierno de mentiras y crímenes de toda una nación... y el resto del mundo que se interesó en sintonizar su señal. El rostro de Laura Palmer (Sheril Lee) era tan hermoso, que hacía imposible su estado inmaculado y, por el contrario, escondía todas las culpas y perversiones de su sociedad, compartiéndolas y propagándolas. La historia de Laura Palmer y su ecosistema, llena de excesos y violencia, parece que llevó a la madurez a la televisión estadounidense, de forma salvaje y cruda, pero la hizo abrir los ojos.
Todos somos Laura
No extraña que la Reina de Inglaterra se haya disculpado con Paul McCartney, por preferir ver un capítulo de Twin Peaks en lugar de asistir a la actuación que el músico dio en honor de la realeza (según recuerda el propio Badalamenti le contó el mismo McCartney). No extraña que toda una nación se paralizara prácticamente todas las noches que transmitían el episodio de Twin Peaks, pues querían conocer la razón del trágico destino de Laura Palmer y el rostro de su inmoral asesino. No extraña que se popularizara una playera con la leyenda “I Killed Laura Palmer” (Yo maté a Laura Palmer), ante la desesperación de no conocer al culpable e, igualmente, compartir la culpa que los consumía.
Cuando el infanticidio fue revelado, y con ello se abrió la caja de Pandora en la serie, la televisión ya no fue la misma entonces. Twin Peaks mantuvo su desarrollo en una localidad del Planeta Tierra, pero las reverberaciones crecieron hacia lo onírico, lo fantástico, lo paranormal y la historia de nuestras vidas. El relato de un demonio asesino que asola el lugar desde generaciones atrás, como manifestación del mal que puede tomar diversas formas, continúa siendo un momento inolvidable de la TV, entonces un medio renacido. El increíble elenco, compuesto tanto por rostros jóvenes y bellos, como por nombres importantes del cine y la TV, creó igualmente una imagen indeleble de la serie.
En abril de 1990 se transmitió el capítulo piloto de Twin Peaks, dirigido por Lynch, y coescrito por él y Frost; a éste siguieron dos temporadas con 29 capítulos en suma, hasta junio de 1991, en los que la dupla creativa compartió la escritura y la dirección con otros talentos, como la misma actriz Diane Keaton. Durante el año tres meses que duró la serie, el público televidente se vio inmerso en sueños, misterios y secretos.
Un año después, en 1992, se estrenó Fire Walk with Me, filme en el que Lynch develó las tortuosas últimas horas de vida de Laura Palmer, como complemento a la serie. Y aunque este se trata de un filme digno del talento de Lynch, su fracaso en la taquilla parece indicar que el público no quería respuestas, sino continuar con los misterios. Hace 20 años, Lynch impactó a la par al mainstream y a la vanguardia artística; aunque eso aun hoy parece un misterio, el nivel de muchos seriales televisivos actualmente nos habla de una realidad: de la evolución que la visión de Lynch catalizó.
Justo estoy terminando de chutarme la segunda temporada... lo que me faltaba ver del maestro Lynch. En Blockbuster estan en remate las series en "seminuevas" encontré las dos temporadas en muy buen estado y varas varas de a 120 pesos cada temporada completa; el detalle es que hay q estar buscando en las sucursales, pero vale la pena hay diversas series interesantes, tambien encontré las 5 temporadas completas de Six Feet Under. Saludos y que buen post!!!
ResponderEliminarJorge de León
Qué onda, Jorge. Pues qué bueno que ya vas a completar tu visionado de esta maravilla. Son de esas obras que no se olvidan.
ResponderEliminarSaludos.
encuentro esta serie rara pero interesante.
ResponderEliminarsalu2
Recuerdo que cuando salio esta serie Yo no me interese por que por ese tiempo no dominaba el ingles, pues en mi pueblo por estar tan cerca de los Estados Unidos pude ver esta serie en su idioma original, recuerdo que siempre pensé que se trataba de un drama romántico, algo así como Melrose Place pero en el bosque. Recientemente salio un videojuego llamado Allan Wake el cual algunos han comparado con Twin Peaks.
ResponderEliminarApenas voy por el capítulo 15 de Twin Peaks y me tiene atrapadísimo. Los personajes están tan bien construidos que no te dejan de sorprender. Te puedes matar de la risa o de un susto en una misma escena. Es una genialidad. Saludos Mauricio.
ResponderEliminarSaludos tardíos, Gastón.
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